¿VUELTA A LAS MALAS COSTUMBRES?
De un tiempo hasta aquí, estoy observando en la mayoría de empresarios con los que colaboro, en mis proveedores, o simplemente en empresarios con los que tengo el gusto de coincidir en alguna tertulia, que van (vamos) muy liados y estresados, empezando a llegar tarde a reuniones, olvidándose citas, etc…
Yo empecé como empresario a finales de 2007, es decir, en los inicios de la “gran crisis”, por lo que puedo decir que no he vivido la época de “vacas gordas” que han vivido muchos empresarios amigos míos.
En estos últimos años, me ha tocado estar siempre en la calle buscando nuevos proyectos, dando mi mejor servicio (al mejor precio), en el menor tiempo posible, y atendiendo las necesidades de mis clientes por encima de todo. He llegado siempre puntual a las reuniones, siempre he cogido el teléfono a la primera, y he intentado dar siempre lo mejor de mí. Pero de un tiempo hasta aquí, estoy observando (tú también te has dado cuenta, estoy seguro) que existe bastante más alegría en la calle, es decir, hay más trabajo, los empresarios vamos siempre liados, e incluso es raro tomarte una café con algún compañero de fatigas y que comente lo mal que va todo.
Todo esto es bueno, evidentemente, muy bueno, pues es señal de que la economía mejora. Pero lleva consigo un punto negativo, y es la vuelta a las malas costumbres, me explico. Llevamos unos meses de mucha actividad, y eso que el gobierno está en funciones y la economía se encuentra a la expectativa, y os puedo asegurar que de las últimas 5 reuniones que he tenido, en las 5 he tenido que esperar al menos 20 minutos a que mi cliente aparezca. Esto no es lo único, ya que el teléfono empieza a ser una herramienta improductiva, pues te llaman una media de 30 veces al día, lo que unido a un bombardeo de “Whatsapp” continuo de los propios clientes o proveedores, hace que todo el mundo vaya sin rumbo alguno, solamente apagando incendios, y sin producir absolutamente nada durante la semana.
En este post no quiero molestar a nadie, pero creo que si la crisis ha servido para algo, ha sido para profesionalizarnos más y cuidar lo que hacemos. No perdamos las buenas costumbres, sigamos cuidando a nuestros clientes, no lleguemos tarde a las reuniones, dejémonos el Whatsapp para los amigos, y centrémonos en ofrecer un servicio serio y de calidad…..no volvamos a las viejas (y malas) costumbres.
Miguel Ángel Sola Navarro.